viernes, 22 de junio de 2012

Sobre el vegetarianismo


“Mientras el hombre siga siendo el despiadado destructor de los seres vivientes inferiores, jamás conocerá la salud y la paz. Mientras los hombres sigan masacrando animales seguirán matándose entre sí”.
Pitágoras de Samos

Vivimos en una sociedad en la que la carne es un manjar que la gran mayoría puede permitirse. Salimos a la calle y rápidamente encontramos una carnicería o una pescadería aquí y allá. Siempre hay gente comprando un pollo, un kilo de lomo de cerdo, medio kilo de sardinas, un lenguado, etc…
Conforme ha ido creciendo la población y las posibilidades de la misma se ha hecho más común que haya un plato de carne en la mesa en la mayoría de las comidas. Ha dejado de ser un lujo como antaño.

Vivimos en una sociedad, en la que para poder servir carne en la mesa de una familia, primero ha habido que criarlos, cuidarlos, y finalmente dar fin a su vida para alimentarnos. Pero en ese proceso de cría y cuidado cada día se han ido haciendo las cosas peor. La ganadería se ha industrializado. Donde antes veías una granja con vacas pastando en amplios terrenos, cerdos bañándose felizmente en su charca de barro y gallos pavoneándose frente a gallinas en su zona del corral, hemos pasado a ver a cualquier tipo de animal enjaulado en lugares donde ni siquiera puede darse la vuelta o tumbarse cómodamente; donde tiene que vivir prácticamente entre sus excrementos, que si no fuese por la mínima ventilación de esas naves les haría morir en cuestión de horas por aspirar los gases que desprenden sus propios excrementos; donde muchas veces durante su crecimiento, o a la hora de matarlos, se maltratan sin parar hasta darles fin.
Y lo peor de todo es que hay quien se llega a sentir orgulloso de algo así, o gente que prefiere taparse los ojos ante tal desprecio del hombre por el resto de animales.

Yo era el primero que prefería tener los ojos cerrados ante esa situación, ya que el sabor de la carne es deliciosa, y parece imposible vivir sin comer tal manjar. Pero un día, la mirada que me dedicó una amiga, y una pequeña conversación con otro amigo, ante mi falta de respeto por los animales (una muestra de absoluta hipocresía por mi parte, que quien me conozca comprenderá el porqué de este comentario) me hicieron abrir los ojos, y ver la falacia que me había atrevido a aceptar.
Esto consiguió hacerme pensar seriamente sobre aquello en lo que quería mantener los ojos cerrados. Sobre aquello que me permitía comer carne con total impunidad ni sentimiento de culpa por contribuir a un daño increíble a los animales y al medio ambiente.
Porque, ¿es verdaderamente necesaria la carne para mantener una dieta saludable? ¿Qué necesidad tenemos de mantener a los animales en las condiciones en las que viven (si es que se le puede llamar vida a eso) en esas naves de maltrato y sufrimiento?
Que somos seres omnívoros… realmente me parece algo discutible eso. Nuestros antepasados evolutivos eran frugívoros, y realmente es algo que se puede apreciar en la morfología de nuestra mandíbula por ejemplo. Y quizá a lo largo del tiempo en la carne hemos encontrado un aporte proteínico fácilmente asimilable que probablemente nos ha beneficiado. Pero precisamente esto hace ver que el hombre no necesita la carne para sobrevivir ni tener una vida sana. Igual que el aporte de proteínas mediante la carne es enorme, también es enorme el aporte de toxinas, pues nuestro sistema digestivo no está adaptado a una dieta carnívora, y ello hace que gente en cuya dieta la carne es imprescindible y un alimento muy solicitado tenga más riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, cancerígenas y de otros tipos. Mientras que gran cantidad de verduras, las frutas, legumbres, cereales, etc… son perfectamente asimilables por el ser humano, cuyo aparato digestivo está precisamente adaptado a digerir ese tipo de alimentos. Definitivamente, decir que el hombre necesita comer carne, es, para empezar, negar rotundamente lo que uno es1.

Ahora pues, siendo el ser humano un animal racional, capaz de elegir y ver las consecuencias que sus actos generan, ¿por qué matar a otros seres vivos, por qué maltratarlos, si para empezar, no nos hacen falta como alimento? ¿No nos damos cuenta del desprecio que mostramos hacia esos animales que sacrificamos por mero disfrute del paladar, cuando nosotros no somos nadie para sacrificarlos ni maltratarlos, y ellos se merecen ser respetados por encima de todo? ¿Tanto nos ha cegado ese sentimiento de nuestra especie de sentirnos superiores al resto, que nos atribuimos el derecho de hacer lo que queramos con ellos y con el planeta entero? Somos únicos, pero también es única cada especie que habita el planeta. Y lo que a nosotros nos hace superiores en un aspecto, otra especie será superior a nosotros en otro aspecto. Pero somos los únicos que por ello nos sentimos con derecho a maltratar y sobreexplotar especies para, como ya he dicho antes, mero disfrute del paladar.
Y me pararía a discutir también sobre la inmensa cantidad de especies extinguidas y en peligro de extinción que hay por nuestra culpa, pero es otro tema del que ya hablaré.

Y si no fuese suficiente con el maltrato, y la muerte provocadas a esos animales de los que “nos alimentamos”, además alteramos su crecimiento (en eso llamado ganadería industrial) para obtener un mayor beneficio y poder aumentar la cantidad del producto. Para ello se utilizan alimentos alterados genéticamente, para que el animal se desarrolle más rápidamente y esté cuanto antes preparado para su consumo  muerte. Lo que no nos damos cuenta, es que además de darles una vida de mierda a esos animales (hablando en plata), estamos dañando el medio ambiente para mantener ese sistema de producción. El mejor ejemplo está en la Amazonia. Desde 1950, se ha deforestado el 18% del terreno que esta región ocupa, y del cual, se ha utilizado el 80% para ganadería y el 5% para cultivos de soja y maíz (principales alimentos utilizados para los animales explotados en ganadería industrial). Otro efecto de este sistema, es el provocado por el aumento del gas CH4 (con un poder de efecto invernadero mucho mayor que el del CO2) debido al aumento en la producción de vacas, las cuales durante su digestión, rumian, efectuando la expulsión de este gas al aire2.
Además de la increíble cantidad de agua y alimento que se necesita para producir un kilo de carne, con los cuales podría alimentarse a una gran cantidad de personas3.

Y por último, el tema del sufrimiento animal, que hasta ahora he mentado y rondado infinidad de veces pero que no he atacado directamente.
Hay que decir que como ANIMALES que somos, tenemos sistema nervioso, un conjunto de órganos que por las funciones que desarrolla, nos permite movernos, relacionarnos directamente con nuestro medio y el resto de seres que lo habitan, controlar todas las funciones de nuestro cuerpo y sentir. Sentir sensaciones físicas y digamos metafísicas (que a fin de cuentas son reacciones químicas que nos hacen ver las cosas o reaccionar de una determinada forma). Y al igual que nosotros tenemos esas sensaciones como la alegría, el resto de animales y seres con sistema nervioso también son capaces de tenerlas; y al igual que a nosotros una herida nos duele, a ellos también. Igual que nosotros, los animales pueden sufrir. Y desde luego, es algo que fomentamos con este tipo de sistema.

Así que, si no tenemos la necesidad vital de comer carne, si evitándolo, contribuimos al cuidado y respeto por el medio ambiente y los animales, y si sabemos que con ello también evitamos un gran sufrimiento innecesario para ellos, ¿qué tiene de ético? Es más, ¿qué tiene de lógico seguir manteniendo la ganadería industrial, seguir manteniendo un sistema que hace muchísimo daño, y verdaderamente no es nada beneficioso ni para nosotros, ni para el resto de seres vivos ni para el planeta?
Ángel Domingo Collado




1.Artículo del Dr. Roberto Remartínez de marzo de 1930 publicado en la revista nº 79 de Estudios
(http://www.proyectopv.org/1-verdad/nocomercarnedrremartinez.htm).

2
.Datos obtenidos del documental belga “Love MEATender”.
3."En el caso del ganado vacuno de crianza industrial, con la cantidad de cereal y soja empleada para alimentar a los animales cuya carne consumirá una sola persona podrían nutrirse veinte personas” (Mark Bekoff, Nosotros los animales; citado en Todos los animales somos hermanos. Ensayos sobre el lugar de los animales en las sociedades industrializadas, Jorge Riechmann).

sábado, 28 de abril de 2012

Some chords


Es una noche cualquiera. Solo quieres una cosa. Coges el primer disco que está a tu alcance y lo colocas sobre el tocadiscos. Cuidadosamente colocas la aguja sobre el disco ya girando, y entonces comienza.


Lo que de una forma u otra te llena siempre: el irónico riff de bajo con el que empieza Money de Pink Floyd. Las profundas letras de Bob Dylan, las cuales a nadie dejan indiferente. El increíble estado de euforia en el que entras con Paradise city de Guns N’Roses.  El sencillo y a la vez tan intenso solo de Jimmy Page en Stairway to Heaven de Led Zeppelin. Las grandes voces de Johnny Cash, Freddy Mercury o Robert Plant. Pero tambien el gran ingenio de Beethoven. El romanticismo de Chopin. La grandeza de la cual dejaron constancia Dvorak con su Sinfonía del Nuevo Mundo o Wagner con La cabalgata de las Valkirias.  El amor hacia su “Lucille” de B.B. King o de Clapton a “Blackie”. El derroche de sentimiento de Gary Moore en sus canciones. La fuerza que desprende Creedence Clearwater Revival y la bella poesía de Leonard Cohen. Las ganas de bailar que te entran con la música celta…

Sin duda estaría toda la noche poniendo ejemplos,  y no me cansaría, porque todos ellos hacen que me estremezca con cada canción suya, con cada nota de sus canciones. Con su música. Con la música. Porque como bien me dijeron hace bien poco es en la música donde te puedes refugiar de todo y como bien respondí, y con lo que poder expresarlo todo.

Y si el simple hecho de escuchar no es ya de por sí algo único e intenso, tocar un instrumento, el que sea, dejar fluir lo que sientes a través de las cuerdas, a través del viento atravesando ese instrumento o golpeándolo con todo el sentimiento del mundo.
Y solo sentir y sentir y sentir.

Definitivamente, la música en sí es el instrumento del alma. Y si algo ha hecho bien el hombre en toda su historia ha sido crearla y no olvidarla jamás, reinventándola una y otra vez, consiguiendo que siempre esté ahí y se convierta en algo intrínseco en nosotros y en uno de los bienes más preciados de la humanidad.






Sin música, la vida sería un error” – Friedrich Nietzsche.

lunes, 23 de abril de 2012

Nature

Voy a empezar con una entrada, que escribí hace un par de años, pero que aún hoy día me gusta compartir:

     La palabra "naturaleza" proviene de la palabra latina natura, que significa "el curso de las cosas, carácter natural". Natura es la traducción latina de la palabra griega physis, que en su significado original hacía referencia a la forma innata en la que crecen espontáneamente plantas y animales. 

     La naturaleza o natura, en su sentido más amplio, es equivalente al mundo natural, universo físico, mundo material o universo material. El término "naturaleza" hace referencia a los fenómenos del mundo físico, y también a la vida en general.

Esa sería la definición de naturaleza, sin embargo... es mucho más. Cuando oigo la palabra naturaleza pienso siempre en un lago rodeado por un bosque verde lleno de vegetación y animales, o en una cadena montañosa que se extiende a mis pies, pero esa es una visión quizá condicionada por zonas que frecuento, una visión un tanto pobre si nos referimos a la palabra en su más amplio sentido, pues va mucho más allá, naturaleza es todo lo que nos rodea (sin tener en cuenta lo creado por el ser humano, por supuesto), la naturaleza es el universo en sí, no se limita únicamente a la biosfera del planeta Tierra, a sus ecosistemas, estamos hablando también de las galaxias, de las estrellas, como bien dice la definición de arriba, pero también hace referencia al ser más diminuto, que hasta a microscopio es difícil ver.

     Todo lo que hay en ella es precioso, las rayas negras sobre los tonos anaranjados de la piel del tigre, las manchas blancas que tanto resaltan sobre el plumaje pardusco del águila imperial, el brillo de las escamas de una anaconda, o la suavidad del pelaje de una nutria tras salir del agua, contemplar como poco a poco crece un arce japonés, como la planta más diminuta es capaz de crecer en el medio más angosto o las caprichosas formas que podemos encontrar en cualquier paisaje rocoso. Pero no me refiero a belleza estéticamente hablando únicamente, sino también a la forma que tiene la naturaleza de hacer que los seres que la habitan resuelvan la situación en la que cada uno se encuentra: la lucha por la supervivencia de toda especie, la forma que tienen de alimentarse, de relacionarse y de reproducirse. Cada táctica que tienen las diferentes especies para realizar estas tareas, la realizan de forma perfecta, según los recursos que tienen para ello, y consiguiendo lo que necesitan en cada caso.

     Podría decirse que la naturaleza es bondadosa por todas las características con las que dota a sus seres para su desarrollo. Pero está claro que también tiene su crueldad, es algo que se ve claramente cuando un ser vivo se alimenta a expensas del otro, incluso en la reproducción de algunas especies como la de la viuda negra o la mantis religiosa. Pero quizá, esa crueldad cuando más conscientes somos de ella, es con los fenómenos meteorológicos, aunque tampoco con todos. La lluvia no suele ser signo de esa “crueldad”, la tomo más como un regalo, la sensación al salir a la calle de las gotas de agua cayéndote en la cara... es única. Sin embargo, hay otros fenómenos, como los tornados, los tifones, las grandes tormentas eléctricas...que pueden causar grandes daños, al igual que otros fenómenos naturales, como terremotos, erupciones volcánicas, maremotos...que pueden llegar a arrasar áreas gigantescas. Pero es algo que hace la naturaleza por sí misma, y ella misma “lo arregla”. Y aunque a simple vista no lo parezca, esa crueldad también tiene su belleza.

Sin embargo, lo que hace el ser humano, no lo arregla el ser humano, la naturaleza no es capaz de ello y no tiene nada de bello.  ¿Por qué destrozamos los ecosistemas?¿Por qué matamos y maltratamos seres vivos por gusto, haciendo desaparecer cientos de especies al año?¿Qué ganamos con ello? ¿Por qué se talan miles de hectáreas de bosques al año, y después no somos capaces de repoblar esas zonas? ¿Por qué nos empeñamos en seguir expulsando de miles de millones de toneladas de dióxido de carbono y otras sustancias al año a la atmósfera, aumentando el efecto invernadero y el agujero de la capa de ozono? ¿Por qué somos tan estúpidos de expandir enfermedades que solo nos traen consecuencias negativas?

    ¿Por dinero?¿Por poder? No lo entiendo.

    Todo lo que hacemos va única y exclusivamente en perjuicio nuestro. Pero si únicamente fuese así...

    Estamos jugando con la vida del planeta y la de todos los seres que lo habitan, incluidos nosotros mismos, los seres humanos, que gracias a eso que únicamente nosotros tenemos y llamamos “razón”, estamos destruyendo todo lo que hay a nuestro paso. Y lo peor de todo es que aún dándonos cuenta de ello, no somos capaces de parar de hacer todo esto. Lo único que demostramos así, es que somos los seres más irracionales que hay sobre la Tierra. No tenemos respeto por nada, ni somos capaces de respetar y proteger la biodiversidad existente sobre la Tierra, que es lo que la hace ser tan especial, el estar llena de VIDA. Nosotros nos estamos encargando de que eso desaparezca, y si esto no cambia YA, condenaremos a La Tierra a un fin que no merece.

    Con todo, no pierdo la esperanza de que llegue el día en el que pueda contemplar el mundo a mis pies, sin que me invada la tristeza de que éste pueda algún día desaparecer.

domingo, 22 de abril de 2012

Presentándome

¡Saludos!
Creo este blog, con la única intención de hacer de él un pequeño rincón en el que hablar de ideas y pensamientos que me corroan por dentro; de la montaña, algo que día a día está convirtiéndose en una gran pasión para mí; y ante todo sobre la naturaleza, sobre el medio ambiente, sobre las maravillas que encontramos en ella, pero también del daño que se le ocasiona.

Estoy seguro que este no es el primer blog ni de lejos que se dedica a tales temas, pero como futuro naturalista y ambientólogo y como amante de este planeta y todo lo que esconde, me siento en la necesidad de hacer un espacio en el que dedicarme a hablar de este bello hogar.

Sin más, espero captar vuestra atención con cada nuevo tema que plantee, y haceros reflexionar, o al menos aprender algo nuevo.

Y de paso, ¡feliz día de la Tierra!


"No pido otra cosa: el cielo sobre mí, y el camino bajo mis pies" (R. L. Stevenson).